4 de marzo de 2018

Sucesos de Vitoria, 3 de marzo del 76: Asesinos de razones y de vidas

Asesinos de razones y de vidas, / que nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días / y que en la muerte os persigan nuestras memorias”. (Lluis Llach, 3 de marzo de 1976: “Campanades a morts”).
Imagini pentru vitoria colectivo de cine de madrid

Cinco trabajadores fueron asesinados en Vitoria-Gasteiz en una carga policial el 3 de marzo de 1976, al disolver una asamblea de trabajadores en la iglesia de San Francisco de Asís del barrio de Zaramaga, causando además más de un centenar de heridos.

Miles de trabajadores de varias empresas de Vitoria-Gasteiz que llevaban meses en huelga estaban celebrando una asamblea en la iglesia San Francisco de Asís cuando la policía entró con botes de humo al templo y les disparó con fuego real a medida que intentaban escapar saltando incluso por las ventanas. Además, días después, otras dos personas murieron en Basauri (Bizkaia) y Tarragona en manifestaciones solidarias organizadas en protesta por lo ocurrido en Vitoria-Gasteiz.

Los franquistas intentaban continuar el régimen a través de una simulada transición que cambiaría las formas pero no el fondo de la dictadura, mientras por todo el país la clase trabajadora salía a la calle para terminar definitivamente con el sangriento fascismo de cuatro décadas. Fraga, Suarez, Martín Villa, todos se ensañaron con la clase obrera y sus aspiraciones de restaurar la república y la independencia de los pueblos del estado, porque suponían una amenaza para el continuismo. El de Vitoria fue, pues, uno de los más sangrientos episodios, pero no el único, de la sangrienta Transición que continuó el franquismo criminal en forma de monarquía parlamentaria, con un jefe de estado nombrado a dedo por el dictador y con la misma clase político-empresarial en el poder que había saqueado el país y asesinado, encarcelado, sometido o torturado a los trabajadores del estado español y sus pueblos, y que no estaba dispuesto a dejar de hacerlo (en todo caso, a disimular un poco más).

El Colectivo de Cine de Madrid (1971-1978) se formó con la intención de registrar todo tipo de sucesos para documentar desde la perspectiva del antifranquismo combatiente el camino hacia el fin de la dictadura. Uno de sus mas conocidos trabajos fue este documental: al enterarse del asesinato por la policia de los obreros Pedro Martínez, Francisco Aznar, Romualdo Barroso, José Castillo y Bienvenido Pereda en Vitoria, marchan urgentemente a rodar la que será la primera manifestación pública desde el inicio de la dictadura que no es reprimida, y que tendrá lugar el día después.
Imagini pentru vitoria  de marzo
El Colectivo de Cine de Madrid (CCM), operativo entre los años 1975 y 1977, fundado por Tino Calabuig, Andrés Linares y Adolfo Garijo, contaba con la colaboración de otros militantes activos como Miguel Hermoso, María Miró o Ramón Manzanares. Aunque a título individual la mayoría de ellos estaban vinculados al Partido Comunista Español. Rodaban a pie de calle, protegidos por piquetes que posibilitaban las grabaciones, siempre de manera clandestina. Como la prensa española tenía prohibido registrar manifestaciones y, en términos generales, cualquier tipo de concentración contraria o crítica con el franquismo, los miembros del CCM usaban acreditaciones de la ZDF, la televisión alemana, para evitar pasar varios meses entre rejas.

"Sucesos de Vitoria" fue el pequeño documental que rodaron en aquel viaje, y en el que denuncian y muestran como, en realidad, los franquistas que luego serían los "demócratas de toda la vida" eran los mismos perros rabiosos aunque con distintos collares; como los definió el gran y coherente Lluis Llach (el cantautor catalán es de los pocos que sigue actualmente enfrentándose al franquismo disfrazado de democracia que llevamos sufriendo cuatro décadas desde la muerte de Franco) en su canción "Campanadas a la muerte", son "Asesinos de razones y vidas".


1 comentario:

Juli Gan dijo...

Gracias por subir los vídeos. Y que todavía haya gente que "argumente" que los obreros se tiraban al suelo para que les dieran en la tripa. Y el senador pepero por Álava, Oyarzábal, se atreve a justificar aquello diciendo que los policías dispararon porque se vieron acorralados por los obreros...¿Que huían de una parroquia en la que habían lanzado botes de humo las fse? Otro sucio mentiroso.

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