28 de junio de 2010

Honduras: un año victima de los lobos

Hace un año que el presidente elegido por el pueblo hondureño, Manuel Zelaya Rosales, fue secuestrado de 200 militares y desterrado en Costa Rica. La Casa Blanca movio sus hilos para que la oligarquia de Honduras frenara de golpe el avance del pais hacia el logro de su total soberania, su integracion en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra America, el desarrollo social y la trasnformación de la dictadura del capital y el imperialismo en una democracia real.

La destitución inconstitucional del presidente hondureño deja entrever que las estructuras políticas sobre las que se asentaron todas las dictaduras que marcaron la historia latinoamericana a través de décadas, no habian desaparecido como se decia. No fue mas que otro golpe organizado desde Washington, dirigido por el premio nobel de la paz, para recordar a los paises díscolos de America que el Imperio todavia seguia estando ahí, sin ninguna intencion de dejar que los pueblos se gobiernen a si mismos.

Si alguien osó pensar en algún momento que en el continente se habían registrado cambios profundos en esa estructura, este golpe venia a demostrar lo contrario. Nada ha cambiado en lo profundo, y las relaciones de fuerza no se han alterado. Las estructuras internas de algunos paises, com Honduras, seguian respondiendo a los mismos principios. Asi, los grandes propietarios nacionales (terratenientes tradicionales y empresarios modernos, a los que se pueden sumar las nuevas aristocracias ligadas al nuevo capitalismo crecido en torno al negocio del narcotráfico) siguen siendo tan reaccionarios como décadas atrás, y cuando existe alguna posibilidad, por pequeña que sea, que su situación de privilegio pueda ser siquiera rozada, reaccionan monolíticamente por olfato de clase.

Los oligarcas, que enarbolan siempre el "amor a la patria" como bandera, son aquellos que la venden para enriquecerse a los intereses multinacionales, los mas interesados en que el pueblo no sea el que decide lo que mas le conviene, y los que serviran siempre liquidando lo que se les ponga delante, castigando al presunto “comunista” de turno, al que ose ya no cuestionar su poder, cuando la mano del amo le empuje a actuar.

En un año del golpe de estado, miles de hondureños fueron llevados a las celdas de la policía por protestar en contra de los dictadores, y contra los simulacros de democracia posteriores. Otros muchos, periodistas, sindicalistas, activistas de la resistencia, directametne asesinado. Las elecciones organizadas por los golpistas para lavar su crimen, y el ganador Porfirio Lobo, no son mas que piezas del mismo teatro de mercenarios al servicio de los intereses de clase del imperialismo. Todos han tenido el mismo interes basico: acabar con la politica de Zelaya de mejoras sociales y empoderamiento popular, encarnadas en el proceso constituyente por el cual la estructura politica del estado iba a tranformarse, dando mayor participacion a los hondureños.

Algunas de las decisiones de Zelaya eran evidentemente inaceptables para los oligarcas golpistas: el bono solidario, la reducción del precio y el subsidio de los combustibles, el rescate de las empresas públicas: ENEE y HONDUTEL; la baja en la tasa de interés bancario, el bono tecnológico agrícola, la sustitución gratuita de bombillass ecologicas, los programas masivos de alfabetización, el financiamiento a la microempresa, la veda a la tala de los bosques, la prohibición de la minería a cielo abierto, la energía eléctrica gratuita para las 700 mil familias más pobres del País, el incremento de las reservas internacionales, la oposición a la devaluación de la moneda (lempira) frente al dólar, la incorporación a PETROCARIBE y a el ALBA y el incremento en un 60% del salario mínimo a toda la clase trabajadora, alcanzando de $ 150 a $230 dólares americanos al mes. Estas son sólo una muestra de las acciones del Gobierno de Manuel Zelaya en beneficio del interés nacional y sobre todo de los más pobres.

A pesar de todas estas acciones de eminente contenido social, indudablemente los dos hechos que principalmente movieron Barack Hussein Obama a apoyar tácitamente el golpe de estado en Honduras fueron el proyecto de sustitucion de la Base Militar USA de Palmerola por un aeropuerto civil y la negativa a la autorización de la abertura de la base naval norteamericana en la costa del Caribe, en La Mosquitia, frente a Nicaragua, como siempre, justificada con una dudosa lucha contra el narcotráfico.

De hecho, el nuevo presidente "democratico", Porfirio Lobo, mantuvo la base de Palmerola einauguro la de La Mosquitia, cumplimiento con exactitud los deseos yankees, ya que al fin y al cabo fueron los que le llevaron al poder.

Durante un año de Resistencia contra el golpe que aun continua vigente, a pesar de haber adoptado una forma "democrática", el Frente Nacional Contra el golpe de Estado, hoy Frente Nacional de Resistencia Popular, que se fundo inmediatamente despues de la ruptura del orden constitucional, ha tenido casi un centenar de muertos a manos de sicarios fascistas protegidos por el gobierno de los lobos.

El caso de Honduras muestra que las grandes mayorías populares siguen estando a merced de las acciones criminales de la derecha, la cual puede con mucha facilidad montar los escenarios necesarios para golpear con contundencia. Muestra que, más allá de las buenas intenciones de un “nunca más” que circuló por el continente luego de retiradas las últimas dictaduras del siglo pasado, nada garantiza con simples declaraciones políticas que efectivamente nunca más puedan repetirse escenarios de represión, de sangre y de guerras sucias internas y que la lucha popular sigue estando al rojo vivo.

El golpe de Honduras desvelo la verdadera cara del nuevo presidente de EEUU, Barack Hussein Obama, que con bonitas palabras sembro la esperanza en algunos crédulos para despues continuar con la misma politica criminal de su antecesor Bush. La Casa Blanca, a traves de sus agencias de inteligencia o de colaboracion internacional, como la CIA o la USAID respectivamente, continua con su injerencia, quitando y poniendo a presidentes segun sus intereses, abriendo bases militares en el territorio a controlar (como las citadas de Honduras, otras nuevas en Panama y las 9 de Colombia), y despreciando los derechos humanos y la democracia ante los lucrativos beneficios de la explotacion de los recursos de los paises latinoamericanos (o de cualquier parte del mundo).

Un año despues, y aunque la mayoria de los paises del mundo siguen sin reconocer al gobierno golpista de Lobo, algunos paises acogen ya como legitimos a las nuevas autoridades hondureñas, como por ejemplo EEUU, por supuesto, sus cortesanos de America, como Colombia, Peru o Panama, y algunos paises de la UE como España, que ya invitan a las cumbres oficiales al presidente como si fuera el legítimo, y no el producto del secuestro de Mel Zelaya y de la organizacion por los golpistas de unas elecciones vigiladas por el ejercito, a las que, por cierto, no acudieron ni el 20% de los ciudadanos.

Los golpistas de entonces, del 28 de junio de 2009, y no solo sus cabezas, Micheletti y el general Romeo Vasquez, siguen hoy en libertad, gozando de sus privilegios impunemente, y los de ahora siguen en el poder sin verguenza alguna, a pesar de que Porfirio Lobo, llego a la presidencia como consecuencia directa del triunfo fascista dirigido por Washington. Mientras tanto las victimas de la dictadura siguen siendo olvidadas por las autoridades. Es decir, la historia de siempre: la derecha fomantando el olvido de sus crímenes, y la "democracia" construida sin contar con el pueblo.

Solo si los golpistas pagan sus crimenes, si se termina con la impunidad, se podra empezar de nuevo a hablar de reconstuir la democracia. Solo si se retorna al momento en el que se produjo el golpe, reinstaurando la legitimidad democratica de entonces, y reiniciando de nuevo la convocatoria de un proceso constituyente para acabar con los privilegios de la oligarquia, se regresara a algo parecido a la normalidad (la total sera imposible de conseguir porque un golpe de estado es como el caballo de Atila, que tras su paso es dificil que crezca la hierba).
Mientras tanto, la resistencia del pueblo hondureño continua, y la lucha por el fin de la dictadura de los lobos cada dia es mas poderosa. El retorno al camino que lleva a la verdadera democracia, es decir, al Socialismo, a pesar de las alimañas de dentro y fuera del pais, tendrá lugar tarde o temprano, y el pueblo hondureño conseguira tomar las riendas del proceso revolucionario que le lleve a tomar sus propias decisiones.

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