22 de octubre de 2009

Facebook, y nuestros millones de amigos

Como explica, el sociologo austriaco Zigmund Baumann en su obra, Amor Liquido, los sentimientos, las relaciones humanas, los compromisos y el intercambio de afectos e ideas, incluso el amor y el sexo, estan basados hoy, en lo que el llama @Sociedad liquida@, en contraposicion a la @sociedad solida@ que el situa hasta los 70 en el mundo occidental.

Las relaciones humanas en general hoy (siempre hablamos de la sociedad occidental, la de la globalizacion llevada a cabo desde el imperio liberal) se basan en un exacerbado individualismo, en la profilaxis sentimental y en el egoismo, reduciendo la profundidad de los sentimientos humanos a los que puede sentir alguien aislado en carceles de cristal que se relaciona con los demas solo por motivos de autosatisfaccion.

Paradojicamente, las redes sociales son, quizas, el mas evidente ejemplo de este aislamiento cada vez mayor de los ciudadanos, alejados de la realidad por desilusion ante la sociedad pero tambien por la potenciacion ideologica del egoismo, que lleva a valorar todo en terminos de consumo, de intercambio de beneficios. En Facebook, o cualquier otra red, todo el mundo hoy tiene muchos amigos, aunque apenas sepan lo que estos piensan, sus problemas y sus motivaciones. Se trata de una amistad unidireccional, que alimenta el ego de la persona basandose en una relacion simbolica, sin profundidad, sin contenido, es decir, y para que cuadre con esta sociedad que denigra todo lo colectivo y prima solo lo personal, sin compromiso alguno, y sin vincular sus sentimientos.

Hoy se tienen amigos como se tienen objetos de usar y tirar. Compramos y desechamos en las grandes superficies igual que tenemos amigos por doquier que no nos importan salvo para sumar y aumentar su numero como si esa fuera la verdadera significacion de la amistad. La amistad liquida, con vinculos fragiles o inexistentes, donde la responsabilidad hacia estos supuestos amigos es cero, escondidos tras la gelida seguridad protectora, y deshumanizadora, de nuestros ordenadores.

Eso si, como metodo de control social por parte de los poderosos, de los privilegiados, es genial, asi nos tienen entretenidos haciendo amigos en casita y ni nos damos cuenta de que pasa en nuestro mundo real.


3 comentarios:

Dizdira Zalakain dijo...

Siempre he pensado algo parecido pero no creo que el problema esté en el nuevo medio, internet en este caso, sino en la deriva que llevan las relaciones humanas, deriva que era perfectamente visible en sociedades como la japonesa y la estadounidense decenios antes de la aparición de internet. Así que, siendo cierto lo que dices, el problema se extiende a las amistades de carne y hueso, las "reales".Éstas también se han convertido en valores de consumo: gente que te da prestigio social, que te ayuda a ascender en el trabajo o, en el mejor de los casos, gente con la que se entablan relaciones superficiales y sin profundidad, desvirtuándose el concepto de amistad. Se llama "amigos" a los conocidos o a los compañeros de trabajo cuando ni te importan ni les importas nada, ni te conocen íntimamente porque nunca se han parado a hablar en serio contigo. La cercanía y la sinceridad dan miedo. esta es la sociedad de las formas correctas y las convenciones.
Por tanto, a mí me parece que el coleccionismo de amigos por internet es solo un síntoma de una carencia, de una enfermedad, pero no es la enfermedad misma ni mucho menos su causa.
Saludos.

JL F dijo...

Cierto, Dizdira, asi es. Las redes sociales de internet son expresion, quizas de las mas tangibles y medibles, de esa falta de solidez y compromiso personal y social (ambos van de la mano). Es un problema de la sociedad de consumo y alienada, no de internet. De hecho internet podria ser un poderoso medio de relacion y de informacion, mas de lo que ya lo es, si la mayoria de la gente buscara realmente informarse activamente en vez de escuchar lo que le dicen.

Anónimo dijo...

La gente no alimenta su vida interior, ese es el problema. Buscan conversar con otras personas porque no soportan el oscuro sentimiento de su vacío interior. Hacen que su felicidad dependa de los demás. Están ciegos. Por otra parte, los que deberían ayudarles a abrir los ojos más bien de aprovechan de esa ceguera: los poderosos. El dinero ha relegado la ética, y la mayoría de la gente preparada sólo busca beneficio propio a costa del prójimo.

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